En el evento pudimos presenciar intensas deliberaciones por parte del Comité Mundial de la ISO y de 58 expertos en innovación de más de 36 países presentes. Ninguna dejó de remarcar el papel crucial de la gestión de la innovación en la configuración del futuro de los negocios globales, la cuál tiene que dejar de ser un esfuerzo ad-hoc para convertirse en un imperativo estratégico. El ISO 56001 nos está ofreciendo un marco integral para gestionar, medir y mejorar los procesos de innovación con precisión, haciéndolo tan integral para las operaciones empresariales como lo son el ISO 9001 de gestión de calidad y el ISO 14001 de gestión ambiental.

La digitalización es la principal causa por la que más del 50% de las empresas del S&P 500 han desaparecido desde el año 2000 hasta ahora. Si las empresas no se adaptan al cambio se estima que el 40% van a desaparecer en los próximos 10 años. La pregunta es: ¿cómo medimos si se están adaptando o no? ¿Qué están haciendo los CEO´s para evitar que sus empresas desaparezcan en 5 años? La buena noticia es que las estadísticas nos dicen que las empresas con una estrategia cohesiva -coherente- que pueda alinear las aspiraciones con la ejecución tienden a crecer un 10% más rápido y a obtener un 22% de mejores resultados que sus competidores.

La innovación debe ser parte del ADN corporativo y las empresas pueden incorporarla a través de la gestión avanzada de la innovación y la inteligencia artificial. Aquí me gustaría introducir el concepto de "Cociente de Innovación" (INNOVATION IQ), que implica que la innovación debe integrarse profundamente en la estrategia corporativa y no ser solo un requisito de cumplimiento con las normas ISO. Además, el consejo de dirección tiene que contar con una métrica -1 SCORE- para medir la única variable con la que se puede ver el futuro de un área, empresa e industria.

La innovación comienza y termina con la cultura y en este punto quiero destacar el rol de los líderes. Si las organizaciones quieren jugar en la Champions League tienen que tener excelentes jugadores de fútbol y no muy buenos jugadores de tenis. Con esto quiero decir que estamos en la era digital, de la información, del dato y de la Inteligencia Artificial. Sea cual sea la industria, los líderes deben comprender que para no bloquear el potencial de su organización hay que liderar estos temas o dar un paso al costado. Quienes tenemos la responsabilidad de conducir equipos, tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para lograr que las personas involucradas en los procesos de innovación adquieran un mindset disruptivo y creativo. Debemos inspirarlos, capacitarlos, ayudarlos a motivar su curiosidad y creatividad y propiciar entornos dónde la colaboración, el riesgo calculado y la experimentación sean parte del día a día. Tenemos que darles el espacio para que comiencen a pensar de modo diferente con seguridad para que equivocarse no sea visto como un fracaso sino como parte del proceso y una oportunidad para aprender. No se trata solo de tener “ideas locas”, sino de dar espacio para que esas ideas se desarrollen sin miedo a equivocarse. No se trata de tener solo buenas ideas, se trata de tener un proceso y una cultura para probar muchas ideas.

A medida que nos acercamos al 2030, la ISO 56001 está destinada a convertirse en el estándar de oro para la gestión de la innovación, estimando 250.000 empresas certificadas para 2032 y ofreciendo a las empresas una herramienta crítica para navegar los desafíos de la era digital. Las organizaciones que la adopten estarán mejor equipadas para gestionar la innovación de manera sistemática, mejorar la toma de decisiones y asegurar una ventaja competitiva. El futuro de la innovación es estructurado, medible y escalable y el estándar que aporta el ISO 56001 es la clave para desbloquearlo.